¿Qué es el dequeísmo y
cómo no caer en este error?
Claves para una comunicación clara de la salud
El uso de material informativo sobre temas de salud es una de las estrategias principales de la atención primaria y la prevención. Entrar a un hospital, una clínica o una salita implica ser bombardeado por muchísima información sin siquiera abrir la boca para hacer una pregunta. Hay carteles, folletos y boletines sobre distintas enfermedades, maneras de prevenir, maneras de autoevaluarse, teléfonos, páginas web…
En esta explosión de información, ¿cómo se logra que el material informativo llegue a sus destinatarios y cómo se logra que estos lo lean? El Lenguaje Claro es clave para esto.
¿Cuál es el objetivo del Lenguaje Claro en el material informativo?
El Lenguaje Claro en la comunicación en salud reduce las barreras comunicativas entre el paciente y la información que se quiere transmitir. Esta debe ser adecuada, accesible y generar una conducta. Que los destinatarios comprendan esta información es clave, ya que, apoyados en esta, las personas toman decisiones sobre su salud y la de sus familias.
La OMS sostiene que el objetivo de la comunicación en salud es “proporcionar información, recomendaciones y orientación a las instancias decisorias (los principales destinatarios) para inducir la adopción de medidas que protejan la salud de las personas, las familias, las comunidades y los países". Insiste, también, en que se vive como más confiable aquella información que se entiende en una primera lectura. No se debe olvidar que, como agentes de salud, los profesionales también son agentes de comunicación.
Pasos para producir contenido claro y comprensible
1- Planificar e investigar
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Conocer el público al que está dirigida la información: nivel de lectura, nivel cultural, edad, aspectos demográficos, conocimientos previos sobre el tema del material informativo.
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Objetivos y resultados buscados: qué se espera que aprenda el lector y qué se espera que haga con esa información.
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Medios de comunicación: folletos, carteles, videos, entre otros. Se debe buscar el que mejor se adapte a la población a la que está dirigido el material informativo.
2- Organizar y redactar
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Colocar la información más relevante al comienzo. Esta debe tener un orden lógico.
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Incluir la acción que espera que el lector lleve a cabo.
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Agregar ejemplos ilustrativos.
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Redactar de manera sencilla, sin vueltas, tanto en el contenido como en la estructura de las oraciones.
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No asumir que el lector conoce el vocabulario. Evitar abreviaturas y términos técnicos. Revisarlos y decidir si son realmente necesarios.
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Dividir el material en partes. Desarrollar una idea por sección. Agregar títulos y subtítulos que expliquen el contenido de cada sección.
3- Evaluar y mejorar
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Revisar el contenido generado y preguntarse, con cada tecnicismo, si es necesario o si este puede decirse de otra manera. Dejar solo los indispensables. No se deben eliminar todos, ya que algunos términos son necesarios para distintos objetivos.
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Cuestionar la utilidad de cada dato que se incluye y eliminar aquellos que no sean necesarios.
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No utilizar símbolos como el más o el menos. A veces, esto es menos claro que desarrollarlo.
Se debe tener siempre presente que el lector se pregunta para qué le sirve eso que está leyendo y cómo lo puede implementar. Pararse del lado del destinatario es clave para producir materiales de salud en Lenguaje Claro. En la salud, la menor comprensión de la información está asociada a peores cuidados y, por ende, peores pronósticos.
Imagen: Organización Mundial de la Salud.
Comunicación y salud según la OMS